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miércoles, 19 de junio de 2013

Quizás debiera resignarme...


 
No sé cómo es que las cosas han ido pasando. Sin darme siquiera cuenta he llegado casi a los 40, y aun no encuentro al hombre con el que he soñado para formar una familia.

Me veo en el espejo cada mañana, intentando encontrar alguna señal de que no lo he hallado porque no soy hermosa, porque quizás me he vuelto vieja. Me he preguntado si no desde que nací fui elegida para nunca casarme o para jamás tener un amor que valga la pena.

En mi casa tengo mis rutinas bien hechas. Me levanto, mi madre me tiene el desayuno preparado, y salgo volando a la oficina. En mi trabajo tengo ya varios años, pero aunque no me va del todo mal, tampoco es algo que me entusiasme realmente. ¿Pero, qué puedo hacer? A mi edad, no me contratarían en ninguna otra parte.

He visto como muchas de mis amigas y conocidas se casaron hace tiempo. Algunas ya hasta están separadas o divorciadas. Es cuando me reconforta saber que ellas fracasaron también, aunque claro de una forma distinta a mí. Lo único que si he envidiado, lo confieso es que a pesar de sus rupturas, pudieron ser madres. Sus hijos como quiera que sea, son una prueba fehaciente de que por lo menos alguien alguna vez las amó como para darles ese privilegio. Pero, me digo a mi misma: -tener hijos es una complicación, no debería ni siquiera desearlo. Es mejor concentrarme en otras cosas, o personas…

Y claro, mis fines de semana son fatales. Salgo con amigas que se sienten también frustradas debido a relaciones pasadas que no fraguaron. ¡Ja! Aunque todas nos quejamos de los hombres, en el fondo anhelamos tener a alguien que nos ame con pasión. Bueno, esto solo lo digo para ti, querido diario, mi compañero de aventuras y desventuras.

Hoy tengo una cita en el café con un hombre que conocí ayer en mi trabajo. Es un ingeniero que viene a impartir unos cursos técnicos en el área que yo laboro. No me pareció muy interesante al principio, pero bueno, cuando se acercó a mí y me preguntó mi nombre, me sentí algo turbada, ya que hace mucho tiempo que no me pasaba algo parecido.

Ya casi es la hora, miro en mi guardarropa y realmente siento que nada me va bien ahora. No tengo un cuerpo espectacular, pero tan descuidada no estoy. Sin embargo, no sé si mostrarme algo provocativa, o mejor no. Me decido finalmente por unos jeans y una blusa con un escote ligero que muestra un poco mis senos. Quizás si ve algo de atractivo en mi, se anime a algo más.

He vuelto de mi cita, vengo bastante desanimada, el pobre tipo es un fracasado. Al parecer no se ha divorciado de su esposa, y solo quería un par de oídos que escucharan todas sus desdichas.

No pienso salir nuevamente sin saber si vale la pena. Mejor me voy a dedicar a mi trabajo, y ya no me preocupare más por encontrar a nadie. Saldré con mis amigas frustradas o no, al menos tendré algo en que entretenerme.

Y como decía mi abuela, quien sufrió terriblemente con mi abuelo. Hijita, “Todos los hombres son iguales”.

Hola, soy la Dra. Laura y hoy he compartido contigo amable lector(a) la historia de una de mis pacientes... Esta historia puede ser la de cualquier mujer que no ha podido encontrar a su pareja...

Cuantas mujeres llegan a esa misma conclusión. Los años se pasan volando y con ellos todas las ilusiones. Claudia, quien nos ha permitido entrar en su mundo, es una clara muestra de lo que viven muchas mujeres que no se atrevieron en su momento a apostar por sus sueños. Claudia no nos comenta en este breve cuento, que ella alguna vez deseó irse de casa de sus padres. Cuando tuvo la oportunidad, prefirió la comodidad de lo seguro, pero por seguro predecible. Se acostumbró a ser hija de familia. A tener una vida bastante cómoda. Incluso se fue haciendo a la idea de que no era posible ni alcanzar el sueño de vivir en otra ciudad-lejos de papá y mamá- ni de encontrar una relación a largo plazo con un hombre adecuado a lo que ella buscaba.

Y si, ella se ha resignado. No sabemos si caerá en algún tipo de relación clandestina, ya que por soledad a veces las mujeres, se entregan para tener a “alguien”, aunque ese alguien no sea precisamente lo que hubieran querido.

 

miércoles, 12 de junio de 2013

Todos somos escritores en potencia.

¿Cuando y cómo surge en mi el deseo de escribir?

Realmente no lo sé. Lo que si puedo afirmar es que en el fondo todos podemos escribir. Comenzando por lo que vemos alrededor de nosotros, y poco a poco iremos puliendo un estilo propio y único.

Me siento feliz de iniciar este nuevo camino. En el cual soy simplemente Yo. donde puedo ir plasmando mis ideas libremente sin miedo a la crítica, sin miedo a ser juzgada porque mis obras no sean del agrado de algunos.

No escribo para que me aprueben, ni por el mérito que pueda tener el hacerlo. Escribo porque me gusta tocar las vidas de los demás... y se me da como algo natural.

Espero que aqui encuentres un espacio creativo donde puedas dejarnos tus comentarios acerca de la vida, de tus sueños, y de lo que te deja el leer los relatos que estaré creando para compartirlos contigo, si es de tu interés.

Esta nueva etapa es maravillosa para mi. Gracias si me visitas y por tomarte el tiempo de leer algunas de las historias que ire compartiendo contigo.

Con aprecio de la escritora
que vive en mi al creador en potencia que vive en ti.